Ser madre es sin duda la mayor bendición para una mujer, ver crecer su vientre y saber que en él habita un pequeño ser lleno de luz y es por mucho, un regalo divino.
Nicola y Todd Bailey, son de Sheffield, padres orgullosos que recibieron a un par de gemelas con un caso uno en un millón. Uno de los bebés nación con síndrome de Down y él otro no.
Nicola y Todd son del Reino Unido y gerentes de cuentas de Auto Trader.
La pareja desconocía el trastorno genético de la pequeña Harper, su hermanita Quinn nació 38 minutos después.
Incluso los médicos no sabían la condición de la niña, por lo que le pidieron disculpas a los padres al dar la noticia, sin embargo, comentan que la condición no es algo por lo que se deba pedir disculpas, ellos amarían a sus dos tesoros de la misma manera, para ellos nada había cambiado.
Nicola, es enfermera y la madre de este par de angelitos.
La pareja tiene un hijo de cuatro años llamado Lucas, recibió con gran alegría la noticia de tener hermanitas. Cuando Nicola tenía 12 semanas de gestación su médico le dijo que esperaría gemelos y que eran un par de niñas, pero la ecografía no detecto ninguna anormalidad.
Alrededor de 40.000 personas en el Reino Unido tienen síndrome de Down.
Nicola rompió fuente a las 32 semanas pero detuvieron las contracciones con medicamento y las niñas nacieron una semana después, el 15 de febrero en el Hospital Rotherham. Cuando nació Harper el personal la trasladó a urgencia, por lo que Nicola no la pudo tenerla entre sus brazos después del parto.
Harper Jade pesó 2,26 kilogramos y Quinnn Mae 1.9 kilogramos.
Las bebés nacieron prematuras y por tal motivo recibieron atención especial. Harper tiene un pequeño soplo en su corazón pero los médicos afirman que es normal en niños con Síndrome de Down, es posible que necesite una operación cuando tenga al menos seis años.
La madre asiste a grupos de bebés gemelos.
Su madre está haciendo todo lo posible por educar a las personas sobre el síndrome, el objetivo es tratarlos sin ningún estigma. El padre comenta que sus bebés son únicas y especiales y no intenta compararlas por muy difícil que sea.
La pequeña Harper no es nada diferente a sus otros hijos, lo más difícil es afrontar las miradas las curiosas de las personas y la percepción negativa que muchos tienen sobre esta condición genética.
Ella no es un bebé de Down, es un bebé con síndrome de Down” comenta Nicola.
La pareja sabe que el vínculo que tienen sus hijas es único en el mundo, la pequeña Harper aunque parezca muy diferente a los demás ilumina a la familia con su dulce sonrisa.
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