Cuando Oscar Bedford nació, su pronóstico no era nada alentador, los médicos hicieron lo posible para salvar su vida, pero no obtuvieron los resultados esperados.
Durante el embarazo no hubo ninguna complicación, los padres de Oscar decidieron tener un parto en el agua, pero algo falló causándole dificultades respiratorias al bebé.
Cuando lo pusieron sobre el pecho de su madre ella enseguida notó que no estaba bien, el color de la piel de bebé era morado.
Después de 15 minutos, lograron reanimarlo, pero el tiempo que estuvo sin oxígeno hizo que el pequeño sufriera una encefalopatía isquémica hipóxica de grado tres.
Después de permanecer en la unidad de cuidados intensivos, el bebé empeoró.
Lamentablemente, la única opción era conectarlo a un soporte vital, prepararon a sus padres para lo peor. A poco tiempo de haber recibido a su pequeño debían despedirse para siempre de él.
Los médicos les dijeron a los padres de Oscar que no podrían hacer más nada para salvarlo, en ese momento, la madre del niño llamó a su mamá, no se resignaba a la idea de que no conociera a su nieto.
Así que a través de una vídeo llamada quiso que lo viera para despedirse de él, justo durante ese contacto el niño abrió sus ojos.
“Sus ojos estaban abiertos por primera vez, fue algo totalmente inesperado, se sintió como un sueño.
Me senté en la cama y sacudí la cabeza como lo hace la gente en las películas. Fue increíble, la mejor sensación del mundo, pero tuve que pellizcarme, no lo podía creer”, dijo la madre en las declaraciones que ofreció a los medios de comunicación.
Oscar fue diagnosticado con un tipo de epilepsia conocido como el síndrome de West que pone en peligro su vida y hace imposible predecir su pronóstico de vida.
La familia del bebé emprendió una campaña de GoFundMe para recaudar el dinero necesario para sus tratamientos médicos.
Actualmente, Oscar tiene 18 meses, después de un largo tiempo ingresado en el hospital ha podido regresar a casa.
Cada día es un desafío para él, tiene que desplazarse en una silla de ruedas y es alimentado a través de un tubo. Perdió la visión y lucha contra los ataques de epilepsia que sufre frecuentemente.
Los médicos esperan ofrecerle un tratamiento distinto para poder controlarlos. Asiste a sesiones de fisioterapia que lo ayudan a mejorar su motricidad.
Su familia comparte constantemente su evolución en su perfil de Instagram mientras agradecen el apoyo y las numerosas muestras de solidaridad que han recibido.
A través de su experiencia les han devuelto la esperanza a muchas familias recordando que los milagros sí existen. Compártela.
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