Karly Herriot quedó muy emocionada cuando supo que se convertiría en madre. Ella y su esposo esperaron ansiosos durante los 9 meses de embarazo y, por lo que les indicaban las pruebas, pensaron que sería un bebé completamente saludable.
Karly quedó embarazada cuando tenía 28 años de edad.
Pero de pronto, todo comenzó a cambiar y el ansiado momento del parto se convirtió en uno de los momentos más difíciles para la unida familia. Karly dio a luz sin ningún problema pero notó que la enfermera y los médicos veían algo extraño en su bebé. Antes de que lograra conocer al pequeño Loui, una de las enfermeras le hizo una extraña advertencia.
“’Su cara es algo extraña. ¿Quieres verlo?’ Fueron las peores palabras que podía imaginar que me dirían en ese momento”.
Antes de poder conocerlo, Karly escuchó que la partera activó una alarma. El bebé había dejado de respirar y lo tuvieron que trasladar a inmediato a la Unidad de Cuidados Intensivos. Fue hasta la noche siguiente que Karly y Luke pudieron conocer a su bebé. El médico les explicó que había nacido con el síndrome de Treacher Collins. Una condición que produce una serie de malformaciones en el cráneo.
Se estima que este síndrome afecta a una de cada 50 mil personas.
Cuando conocieron a Loui quedaron en shock. Los huesos de su cabeza lucían algo débiles, no tenía orejas ni quijada y sus ojos parecían caídos. Cuando el bebé cumplió sólo 3 semanas le realizaron una traquetomía ya que no podía respirar por sí mismo.
Karly y su familia fueron entrenados ya que el tubo que fue ingresado en su tráquea debe ser cambiado y aseado con regularidad. Sin embargo, esto era sólo el comienzo en un largo camino por la salud de Loui.
Loui ha aprendido 63 palabras en lenguaje de señas ya que no puede oír.
El primer diagnóstico de los médicos fue sumamente devastador. Le aseguraron a los padres que el estado de Loui era tan grave que simplemente no habría forma de poder reconstruir su paladar. Todo parecía indicar que jamás podría respirar, comer ni hablar por sí mismo.
“Hay médicos que son capaces de hacer un trasplante completo de cara. No entendía por qué no podían curar su paladar. Es una operación muy importante para él”.
Karly simplemente no estaba dispuesta a dejar de luchar por su hijo y tras mucho investigar consiguió contactar con un especialista que asegura poder realizar la operación que tanto necesita el bebé. Lamentablemente la operación es muy costosa sus padres están recibiendo donaciones para poder salvar la vida de Loui.
La operación para su paladar cuesta 50 mil dólares y luego necesitará otra serie de procedimientos para mejorar su quijada.
A pesar de que Loui es un bebé muy feliz y amoroso muchas personas se acercan a ella y con desagradables miradas le preguntan qué es lo que sucede con él.
“Yo sé que mi bebé es hermoso por fuera y por dentro, pero esta es una condición muy cruel. Las personas lo juzgan por su apariencia”.
No hay duda de que este dulce bebé ha logrado llegar muy lejos. Esperamos que gracias al amor de su familia pueda seguir creciendo cada vez más fuerte y saludable. Comparte su historia.
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