Según LiveScience, el fósil es el de un monstruo marino que, si se cree en los ictiosaurios (reptiles marinos con forma de pez), creció rápidamente a tamaños enormes. La duración del crecimiento fue de sólo 2,5 millones de años. Según un sitio web de noticias científicas, las ballenas tardaron casi el 90 % de sus 55 millones de años de vida en alcanzar los enormes tamaños que alcanzaron los ictiosaurios durante el primer 1 % de sus 150 millones de años de historia.
Lars Schmitz, investigador principal y profesor asociado de biología en Scripps College, comentó en referencia al fósil: “Hemos revelado que los ictiosaurios evolucionaron al gigantismo mucho más rápido que las ballenas. [Particularmente] durante una época en que el planeta se estaba recuperando de una extinción catastrófica. Durante la conclusión de la Era Pérmica.
Schmitz señaló además que el fósil es una indicación de la tenacidad de la vida y una luz de esperanza. Si las circunstancias ambientales son favorables, la evolución puede ocurrir rápidamente y la vida puede recuperarse.
¿Cuándo se descubrieron los primeros fósiles de ictiosaurio?
Según LiveScience, los investigadores descubrieron por primera vez fósiles de ictiosaurio en 1998. Fue descubierto en las formaciones rocosas de las montañas de Augusta. Situado en el norte de Nevada. Schmitz agregó: “Solo unas pocas vértebras sobresalían de la roca. Sin embargo, era evidente que el animal era enorme”.
Pero no fue hasta 2015 que los investigadores pudieron desenterrar completamente un ictiosaurio con el uso de un helicóptero. El fósil se destacó por incluir un cráneo, un hombro y un apéndice que parecían aletas. El fósil está siendo analizado en el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles.
El equipo que acaba de desenterrar el fósil le dio el nombre de Cymbospondylus youngiorum. El reptil de Maine de “mandíbula grande” vivió durante la época del Triásico hace 247 millones de años. Schmitz, al describir a la criatura, dijo: “Imagina un animal como un dragón marino. Cuerpo aerodinámico, relativamente largo, con brazos, transformados en aletas. Con una cola larga.
La cabeza del fósil medía 6,5 pies de largo. Según los informes, el monstruo existía en el Océano Panthalᴀssic, un llamado superocéano, frente a la costa oeste de América del Norte. Schmitz dijo que probablemente comía ictiosaurios, peces y tal vez calamares más pequeños.
C. youngorum existió solo 5 millones de años después de la Gran Extinción. Antes de hace 252 millones de años, ocurrió esta catástrofe de extinción masiva. Concluyó la era Pérmica. También acabó con casi el 90 por ciento de las especies del mundo. Schmitz afirmó además: “Este nuevo fósil demuestra notablemente el rápido desarrollo del gigantismo en los ictiosaurios. En contraste, las ballenas viajaron por un camino diferente al gigantismo, uno que fue más largo y menos rápido”.
Los paleontólogos Lene Delsett y Nicholas Pyenson agregan: “La historia de los ictiosaurios nos enseña que los gigantes oceánicos no son un hecho en los ambientes marinos. Es una lección importante para todos en el Antropoceno”.