Stela Ernu, de Aveley, Essex, se trasladó al Hospital de Basildon el pasado 12 de marzo con contracciones, esperaba que le indujeran el parto después de casi dos semanas de la fecha estimada para que diera a luz.
A pesar de que tenía contracciones cuando llegó el personal médico le dio el alta médica y le dijo que regresara al hospital tres días después.
Al día siguiente sus contracciones empeoraron, así que regresó al hospital con su esposo George, le administraron analgésicos y le dieron por segunda vez el alta médica.
“Tenía dolores de parto, así que fui temprano al hospital. La matrona me dijo que tenían otras prioridades que atender, había casos más urgentes que el mío y que yo no había tenido un embarazo con complicaciones”, relató.
“Le pregunté si al menos podría hablar con el médico. Regresó 20 minutos después y me dijo que lo sentía, pero que tenía que irme a casa. Estaba teniendo contracciones y había tenido un bebé, sabía que eran reales”, agregó Stela.
Ella insistió y trató de decirle a la matrona que no había manera de que no diera a luz antes del 15 de marzo, que tenía tres días de trabajo de parto.
Tenía 40 semanas y 12 días, pero a pesar de su condición ella confió en lo que le dijeron.
“Confié en los médicos, así que acepté lo que me dijeron, aunque mi intuición me decía que algo no estaba bien”, dijo la madre.
Una matrona la revisó y ella sintió que estaba lista para dar a luz, no se quería ir a casa. Tenía contracciones intensas, pero esta alegó que no eran tan frecuentes.
Stela preguntó si no era riesgoso para el bebé que no le indujeran el parto y le respondieron que no había de qué preocuparse.
Esa noche regresó al hospital, seguía en trabajo de parto, pero en esta oportunidad le dijeron que no escuchaban los latidos del corazón del bebé.
“Comencé a gritar y a llorar. No podía ser posible, me preguntaba si había alguna manera de que pudieran hacerse una cesárea para ver si el bebé todavía vivía, podía ser que su corazón se había detenido unos segundos”.
El médico le dijo que lo sentía pero que no había nada que hacer. Dio a luz a su bebé sin vida. Lo llamaron Lucas, enfrentaron una dolorosa experiencia por culpa de la negligencia médica.
“Tener que pasar por el parto sabiendo que tu bebé está sin vida, es lo peor que te puedes imaginar, es lo más horrible que me ha pasado. Estaba pujando, todavía con la esperanza de que mi bebé viviera. Estaba muy emocionada de poder abrazarlo”, dijo la devastada madre.
“Me entregaron su cuerpo y me alegré de poder sostener a mi pequeño Lucas, lo mantuve en una cuna a mi lado hasta mañana.
Una enfermera se lo entregó con algunas cosas para que conservaran recuerdos. La pareja esperaba con ilusión a su bebé después de ser padres de una niña de 12 años.
“Había muchas personas tratando de ayudar después que perdí a mi bebé, pero no estaban ahí cuando él vivía. ¿Dónde estaban cuando necesitaba ser ingresada para dar a luz?”, dijo Stela.
“Instaría al personal médico a tratar todos los embarazos con el mismo nivel de urgencia y no solo a asumir que todo estará bien, solo porque consideran que tiene bajo riesgo”, agregó.
Stela contrató los servicios de la abogada Stephanie Prior, encargada de los casos de negligencia clínica del bufete de abogados Osbornes Law de Londres.
La letrada asegura que no es el primer caso de negligencia que han visto en ese hospital y que le preocupa que exista un patrón en la incidencia en aquellos pacientes cuya lengua nativa no es el inglés y no reciben la mejor atención posible.
El caso de esta madre ha causado conmoción, muchas personas han expresado su indignación por lo que sufrió y esperan que no le suceda a ninguna otra familia. Compártelo.
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